miércoles, 6 de noviembre de 2013

CARACTERÍSTICAS DE LA GENERACIÓN DEL 27


Aunque cada autor sigue caminos personales, podríamos trazar un itinerario común:
 a) POESÍA DESHUMANIZADA: hasta 1928-29. Sus preferencias poéticas se inclinan por el abandono de lo humano y por la concepción del poema como un “artefacto” elaborado con cuidado y precisión, destinado a desencadenar emociones desnudas e intelectuales.
- La poesía pura: en ella la metáfora y la imagen desempeñan un papel esencial en la construcción del poema. Hermetismo y dificultad son las consecuencias de este concepto de la poesía que encuentra en Juan Ramón Jiménez y en Góngora su referencia próxima y lejana respectivamente. (Guillén, Cántico; Salinas, La voz a ti debida; Alberti, Cal y canto))
- Vanguardias: Futurismo, ultraísmo... (Gerardo Diego, Imagen, P. Salinas, Seguro azar)
- Neopopularismo: consiste en la asimilación culta de la lírica popular. Las formas tradicionales (romances, coplas, ...) se unen a las imágenes visionarias para conseguir una poesía estilizada de temashumanos (amor, muerte, etc.) (Alberti, Marinero en tierra; Lorca, Romancero Gitano).
- Neotradicionalismo: se imitan las formas clásicas (G. Diego, Versos humanos)
b) REHUMANIZACIÓN:
- Surrealismo: se libera el mundo onírico e inconsciente, y las pulsiones de los deseos escondidos se traduce en un lenguaje sorprendente (aunque siempre bien calculado y controlado) en el que predomina la metáfora irracional. La poesía recupera los conflictos humanos y la crítica del mundo exterior. (Cernuda, Donde habite el olvido ; Aleixandre, Espadas como labios; Lorca, Poeta en Nueva York; Alberti, Sobre los ángeles).
- Neorromanticismo: La influencia de Bécquer trae a la lírica una carga de emotividad mayor que la que se percibía en la poesía pura, al tiempo que justifica la presencia creciente de “preocupaciones personales”. (L. Cernuda, Donde habite el olvido; Aleixandre, La destrucción o el amor)
- Socio-política: Poesía comprometida (Alberti, Un fantasma recorre Europa; M. Hernández, Viento del pueblo)
c) LA GUERRA Y EL EXILIO: La trayectoria de estos autores está marcada por la Guerra Civil, que provoca el exilio de la mayor parte de ellos y la muerte de Lorca y de Miguel Hernández. Terminada la Guerra, cada poeta adopta un rumbo poético propio: unos, como Alberti, cultivarán momentáneamente la poesía social y la nostalgia del exiliado (Retornos de lo vivo lejano); otros, como Cernuda, se volcarán en la lírica intimista y subjetiva que refleja el alejamiento físico y moral de su país (Desolación de la quimera); Guillén, el poeta “puro” por excelencia, siente la necesidad de expresar el dolor humano (Clamor); Dámaso Alonso, desde su exilio interior, inaugurará una corriente existencial (Hijos de la ira); otros aún, como Vicente Aleixandre, practicarán un surrealismo tardío, menos hermético y cargado de preocupaciones sociales (Sombra del paraíso).
Con la disgregación física, la poesía de la Generación de 1927 se diversifica en múltiples tendencias, todas ellas de gran brillantez.
La métrica de 1os poetas de la Generación del 27 supone una reducción con respecto a la variedad de metros y estrofas utilizada por los modernistas. Muchos de los poetas del 27 (sobre toda al principio) sienten preferencia por los versos de arte menor, en especial por los heptasílabos y los octosílabos, que frecuentemente manejan con total libertad, sin atenerse a una estrofa fija. Algunos, sin embargo, adoptan estrofas castellanas tomadas de la lírica tradicional (el villancico, el romance, la copla...). Estas estrofas ya habían sido utilizadas anteriormente por poetas cultos, en los Cancioneros del siglo XV o en los Siglos de Oro. Por otra parte, algunos poetas se sirven de formas métricas consideradas clásicas (el soneto, la octava real, la décima...), mostrando así su conocimiento de la tradición literaria española. En ocasiones, se producen combinaciones sorprendentes, como en los romances y décimas de Guillén, donde la poesía pura se compagina con una métrica clasicista.
Al lado de las formas métricas citadas, que se basan en el isosilabismo, en la distribución de las pausas y los acentos, y en la rima como medios para crear el ritmo poético, los poetas del 27 utilizan con profusión el verso libre. Éste último responde a otra concepción del ritmo; la configuración rítmica del poema ya no se obtiene mediante la repetición de elementos fónicos —pausas, rimas y acentos— y tampoco se apoya en regularidades preestablecidas. El ritmo, en el verso libre, brota de la organización gramatical y semántica del poema: surge gracias a la repetición de los temas y a los paralelismos léxicos y sintácticos.
 Estilísticamente, puede decirse que los poetas del 27 configuraron el lenguaje de la poesía contemporánea. En el terreno de la imagen, destacaremos los siguientes procedimientos:
- El símbolo. Es una metáfora ambigua, mediante la cual el poeta desarrolla simultáneamente una imagen y una idea, sin establecer una separación nítida entre ellas. En las metáforas tradicionales, el plano de la imagen (oro) y el de la idea (cabello) están perfectamente separados. Al lector sólo le resta establecer una asociación entre ambos, basada, por lo general, en una semejanza física. En los símbolos, por el contrario, se desarrollan imágenes físicas que evocan, de forma incierta, significaciones abstractas, sin que el lector pueda decir exactamente en qué ha basado su interpretación. Así, en el poema de Guillén que leeremos después, el canto del pájaro y el mediodía remiten, de forma incierta, a la plenitud de la vida.
- La imagen visionaria. Es una metáfora en la que la relación que se da entre la imagen y la idea no es racional ni está basada en una semejanza de orden físico (oro = rubio), sino que se funda en una intuición totalmente personal e irracional que el lector debe desvelar. Así ocurre, por ejemplo, en la metáfora lorquiana verónica de alhelí.
- La sinestesia es un entrecruzamiento de impresiones sensoriales pertenecientes a campos distintos (tacto agrio, visión dulce, etc.).