viernes, 17 de mayo de 2013

Propuesta de solución para LOS NIETOS


                                                     
Los nietos

          Tienen menos de 30 años. Nacieron cuando Franco ya había muerto. Para unos era solo el nombre de un fantasma que se pronunciaba con un rencor envasado en la sobremesa familiar; para otros ni siquiera eso, un par de líneas en la asignatura de Historia.
          Son los nietos del desastre de la guerra civil. Durante la primera etapa de la Transición todavía jugaban con muñecas, iban al parque con patines y adornaban con pegatinas de Snoopy las tapas de sus cuadernos.
Después comenzaron a oír por todas partes que en España la salida
 de la dictadura había sido una obra maestra de la democracia y que el resto del mundo admiraba ese milagro. Sus padres, si eran de izquierdas, callaban, lo daban por bueno; si eran de derechas, lo celebraban como una conquista propia; pero algunos maestros explicaron a estos jóvenes que la Transición tan modélica solo había sido un pacto tácito entre dos miedos.
          Muerto el dictador, la derecha creía que los comunistas tenían minadas todas las alcantarillas de la sociedad; en cambio, la izquierda temía que los militares podían levantarse cualquier día para plancharla de nuevo. Se produjo un difícil equilibrio entre las dos fuerzas contrarias, cada una con las heridas del pasado abiertas todavía. Ambos bandos se neutralizaron mutuamente con un deseo inapelable: todo menos matarse otra vez, cualquier engendro político es preferible a otra tragedia.
          La izquierda sumida en un complejo de Estocolmo cedió mucho más en este equilibrio inestable. Las cunetas y barrancos estaban llenos de ejecutados que lucharon en el bando republicano.
          Desde la postguerra sus hijos no habían osado romper el silencio al que fueron obligados ni habían logrado sacudirse el terror de encima, pero habían conquistado derechos y amnistías, escaños en el Parlamento e incluso el poder en el Gobierno. Hay que dejarlo correr, dijeron. Pero los nietos de la izquierda, que no conocieron la dictadura, no se sienten obligados por el subconsciente a agradecer nada. Quieren que sus antepasados enterrados en barrancos y cunetas sean exhumados con honor para que sus almas reposen en paz y no vaguen como una sombra negra sobre la memoria colectiva. No se trata de política. Es solo una moral: están representando sin complejos la tragedia de Antígona*.
*Antígona, en la tragedia, quiere enterrar el cadáver de su hermano, lo cual ha prohibido el tirano.
                                                                                                                                                               MANUEL VICENT



Tema y resumen (2 puntos)

 Clasifique el texto, de manera justificada, según la tipología textual, el ámbito de uso y el género textual, argumentando la clasificación con, al menos, dos razones diferentes. (1 punto).

Comentario personal de 30 líneas como mínimo sobre “Pero los nietos de la izquierda, que no conocieron la dictadura, no se sienten obligados por el subconsciente a agradecer nada.”, argumentando a favor o en contra utilizando la expresión lingüística adecuada, con coherencia y cohesión, riqueza léxica, variedad sintáctica y corrección ortográfica (3 puntos).

Explique el significado de estas palabras o expresiones en su contexto: tácito, inapelable, cunetas, exhumados, complejo de Estocolmo. (1 punto)
Sintaxis: Clasifique todos los “que” que encuentre en el texto en pronombres relativos o conjunciones completivas. (1 punto)

Tema
El deseo/derecho a enterrar dignamente a los abuelos republicanos asesinados.

Resumen
               A los jóvenes la Guerra Civil les quedan muy lejos. El pacto tácito entre partidos hizo que la generación de la Transición lo asumiera como un éxito político y social. Incluso los padres de izquierda llegaron  sentirse políticamente a gusto con la situación, pero sus hijos quieren ahora enterrar dignamente a sus abuelos republicanos asesinados por el Régimen. 

Tipología
                A la vista queda que se trata de un texto perteneciente al ámbito periodístico porque se está tratando un tema candente y polémico de amplio interés social. Su autor es un conocido escritor y colaborador de El País, donde tiene una columna dominical en la contraportada. El que un tema tan complejo se aborde tan condensadamente y de forma literaria avalan también lo que decimos.
               Por lo que al tipo discursivo de texto se refiere, diremos que es argumentativo-expositivo. Se nos expone el proceso político-histórico seguido y se termina, en la conclusión, con la tesis: por moral, los nietos quieren enterrar dignamente a sus abuelos republicanos asesinados. Enfrente están los que piensan lo contrario, a los cuales hay que convencer (no se trata de..; es solo moral, etc.). la estructura es deductiva.
               En cuanto al género, lo clasificamos como de opinión y, más concretamente, de artículo de opinión o columna por el tratamiento dinámico y personal con que está tratado. Hay un vocabulario altamente valorativo y literario (sacudirse el terror, complejo de Estocolmo, tragedia de Antígona, etc.). Convive el estilo cohesionado de oraciones complejas (Muerto el dictador…) con oraciones simples (Tienen menos de 30 años), otra cualidad de estos textos. El tratamiento literario es otra característica que frecuentemente suele acompañar a este tipo de textos.
       La funciones que predominan son la apelativa (para convencer) y la expresiva (para manifestar la opinión). Está escrito en español estándar, sin localismos, y formal, con perfecta corrección gramatical, léxica y ortográfica. El registro es culto-medio.