miércoles, 29 de mayo de 2013

Propuesta de solución para SOLATERAS Y TAL



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Cuando no comprendes el significado de las palabras, no comprendes el mundo. Estás entre ciego y sordo. Un lenguaje contiene y expresa un sentido de la vida. Un idioma implica un modo de vivir. Todo esto es sabido, aunque discutible en los matices.El otro día nos desayunábamos en titulares con que los dos chicos de Málaga habían muerto en una fiesta rave. ¿Rave? Ni idea. Pero ya nos lo van explicando. Viene del inglés, juerga, delirio, masiva juerga delirante con música electrónica a cargo de pinchadiscos. Djs, para que me entiendas. Al parecer, hace años que se habla de esto en los suplementos culturales para jóvenes de los periódicos, pero como uno ya no es joven y tiene otra idea de la cultura, pues no lee estos suplementos, o cuando los lee no se entera, o cuando se entera, luego se le va el santo al cielo y se olvida.

El actor y cantante Nancho Novo debuta en la dirección escénica con Confesiones sexuales de un solateras. ¿Solateras? Humildemente lo digo, primera noticia. No me cosco. Pero el enigma es más fácil: solateras suena a solitario. Y así es, en efecto. Recurro al Ramoncín, o sea, a El nuevo ocho cheli. Diccionario de jergas, y el Ramoncín casi tan útil como el Casares o el María Moliner, no me falla. Ahí viene lo de solateras perfectamente explicado.

Mi hijo Daniel me decía hace poco que nada hay tan patético como un padre que se hace el moderno y el próximo, el puesto al día, a base de decir molar, guay y cosas por el estilo. Yo le dije que de acuerdo, en parte, pero que parara el carro, que se iba a enterar: los que sin ser jóvenes no somos viejos, ni por asomo, empleábamos ese lenguaje, u otro parecido, en los 80, y, como muy bien sabe Ramoncín, el cheli y algunas jergas juveniles se nutren de hablas viejísimas, que van del Siglo de Oro al sainete, pasando por Valle-Inclán. Si te descuidas lo de solateras ya está en Valle, y no lo pillé cuando lo leí.

Rave, solateras y pongamos que yihab. Y añadamos, a discreción, lo que queramos. Está lo que viene del inglés, lo que viene del casticismo español por resumir y lo que viene de todo lo que nos viene. Ahí, en el habla, en la mismísima punta de la lengua, fragua la diversidad, el multiculturalismo, el mestizaje o como quieras llamarle, sin ganas de meterte en líos, que, te pongas como te pongas, son un hecho, una realidad, una experiencia y un gato al que poner cascabel. Y, si no estás al loro, es que no te enteras Contreras. No hablas, luego ni ves ni oyes. Si dices cómo me hablas estás diciendo de qué me hablas. No comprendes, y te vas quedando solateras total.

                                                                                                                   Manuel HIDALGO


Tema:
Necesidad de conocer la jerga juvenil moderna para comprender la realidad (la actualidad, el mundo)
Resumen
La lengua es expresión de la manera colectiva de ver el mundo. Hay muchas palabras importantes en la jerga juvenil. Siempre ha sido así, incluso algunas modernas se usaban antiguamente. De muy diversas procedencias nos llegan palabras cuyo significado hay que saber para entender lo que pasa.
Tipología
               Nada más considerar la extensión del texto y el título tan abiertamente creativo, no dudamos en asignarlo al ámbito periodístico, más concretamente un artículo de opinión o columna. Además encontramos los términos más novedosos (DJs, solateras), a los cuales son muy proclives estos tipos de textos si quieren ganarse a los lectores. Por si esto fuera poco, podemos ver que   está firmado por un colaborador  de El Mundo, que también ha escrito libros.
               En cuanto a la tipología diremos que es argumentativo expositivo porque hay una tesis: la necesidad de conocer la jerga juvenil más moderna. También hay una conclusión: si no la conoces se queda uno sin saber qué pasa. La estructura es de encuadre: la encontramos al principio y al final y se vale de ejemplos muy diversos basados en el principio de autoridad (Ramoncín, María Moliner, etc.) y en experiencias personales (mi hijo Daniel).
                              Finalmente, pertenece al género de opinión, más concretamente al artículo de opinión o columna,  a la vista de la profusión de primeras personas que encontramos (mi hijo Daniel, yo le dije, etc.), el plural inclusivo (nos desayunábamos), el tuteo genérico (cuando no comprendes, si no estás al loro) y el uso de numerosos coloquialismos que salpican el texto con ánimo de ganar el interés de los lectores.
               El registro es medio, formal (en cuanto a la corrección ortográfica y sintáctica) y estándar (en cuanto que no hay dialectalismos). La función que domina es la apelativa (convencer a los lectores) y expresiva (defender la opinión personal).